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Conducir sobre nubes con la suspensión neumática
La suspensión neumática es un componente del chasis y una alternativa a la combinación chasis-amortiguador. Se usa desde 1959 especialmente en automóviles de gama alta, vehículos especiales (por ejemplo, ambulancias) y autocares. Ofrece un confort excelente y mucha estabilidad. No obstante, su construcción es bastante más compleja que el sistema convencional de amortiguadores y muelles. Por este motivo no se impuso la suspensión neumática en los vehículos utilitarios y de gama media.
Componentes de la suspensión neumática
En los chasis convencionales contrarresta la contrapresión del resorte y de los amortiguadores las oscilaciones de la rueda. En el caso de la suspensión neumática se ocupa un fuelle de goma de dicha tarea que está sometido constantemente a una alta presión barométrica de 5 a 20 bar. Esta presión se mantiene mediante un compresor que está conectado con el motor del vehículo y se regula a través de una válvula. En función de la construcción, el vehículo puede disponer de una válvula central para las cuatro ruedas, de una válvula por eje o incluso de una válvula individual para cada rueda. El aire pasa por mangueras y conductos entre el compresor, la válvula y el fuelle de goma. También un equipo de control forma parte de este sistema de suspensión neumática tan cómodo. Con sistemas electrónicos avanzados se maximiza la estabilidad y, sobre todo, la seguridad de una suspensión neumática.
Funciones de una suspensión neumática
Una sistema de suspensión basado en aire comprimido ofrece una gran cantidad de funciones adicionales a diferencia de un chasis convencional. Un chasis con suspensión neumática puede ajustarse exactamente a la altura y la dureza deseada y ofrece diversos usos: una bajada del vehículo a altas velocidades reduce el consumo de combustible. Sobre terrenos especialmente irregulares se puede elevar el vehículo. Carga y descargar un automóvil más bajo resulta bastante más cómodo. Para subir y bajar del coche, sin embargo, resulta una posición elevada más agradable a los pasajeros. En combinación con un sistema de control electrónico, el chasis neumático es capaz de ajustar la suspensión y la distancia al suelo del vehículo en cada momento de forma automática. Un control manual adicional maximiza la comodidad de manejo de la suspensión neumática.
Daños en la suspensión neumática
El chasis neumático es más propenso a sufrir una avería debido a su compleja estructura que los chasis convencionales con amortiguadores. Sobre todo, mantener la presión neumática cuesta mucho trabajo. Los conductos y los fuelles serán productos técnicos muy simples, pero son a menudo los primeros en dañarse. La edad, el desgaste y los daños mecánicos pueden causar fugas en los componentes presurizados. En tal caso se pierde presión neumática y el funcionamiento de la suspensión comienza a fallar. En ocasiones incluso puede fallar del todo. No obstante, en los sistemas presurizados se suele encontrar el daño enseguida: un fuerte silbido indica exactamente donde está la fuga. Las válvulas de presión, sin embargo, son bastante resistentes. Raramente se estropean. El compresor es una pieza técnica compleja: está compuesto por un motor eléctrico, un engranaje de una sola fase y un ventilador helicoidal. No obstante, suele ser un sistema cerrado que tienen generalmente una larga vida útil. Un fallo prematuro de estos componentes se debe en la mayoría de los casos a contactos corroídos.
Gastos de las piezas de repuesto para la suspensión neumática
Debido a las altas acciones mecánicas a las que está sometida la suspensión neumática, las piezas de repuesto para este chasis no son económicas. Una único resorte neumático cuesta entre 100 y 900 euros. El bloque de válvulas entre 250 y 400 euros. Para el compresor también se estiman entre 250 y 500 euros. En cuanto a los amortiguadores, se cuenta con una vida útil de entre 60.000 y 80.000 kilómetros. Válvulas y compresor suelen tener una vida útil bastante más larga.
Suspensión neumática para mejorar el chasis
También se puede reequipar el vehículo, adquiriendo un juego de suspensiones neumática en el mercado para reforzar la suspensión normal. Estos juegos de reequipación mejoran la comodidad enormemente. Están disponibles a partir de 600 euros aproximadamente. Son especialmente populares para furgonetas y caravanas porque ofrecen una distancia al suelo variable y suavizan la conducción.