Guardabarros para tu coche

Guardabarros delantero/trasero + izquierdo/derecho para diferentes vehículos
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El guardabarros: elegante, útil y fácil de dañar
Los guardabarros siempre han sido parte del equipamiento básico de un coche y se inventaron en la época de los carruajes. El nombre también proviene de esta época, ya que los guardabarros evitaban que el barro de la calle se lanzase hacia arriba. Hoy en día, los guardabarros de los coches siguen cumpliendo una función similar. Evitan que el agua sucia o la suciedad se enrosque en la carretera mientras se conduce, lo que podría afectar a otros usuarios de la carretera.
La estructura del guardabarros
Los guardabarros siempre se montan sobre una rueda y suelen ser un poco más anchos que la propia rueda. Así pueden cumplir su función de manera óptima. La elección de los materiales depende del vehículo y del fabricante. Hoy en día, los guardabarros son de chapa, aluminio o plástico. Además, hay diferencias en la forma de montaje. Algunos guardabarros están atornillados a la carrocería, mientras que otros están soldados directamente a ella. Las uniones atornilladas permiten reparaciones más fáciles y rápidas, de modo que los gastos de reparación varían en función de la construcción del vehículo.
Los defectos típicos del guardabarros
Los guardabarros son especialmente susceptibles a defectos pequeños y poco perceptibles. Esto se debe a su posición. Por ejemplo, presentan muy a menudo los siguientes daños que deben inspeccionarse:
- Pequeños arañazos causados por carritos para niños o peatones
- Abolladuras pequeñas o más grandes por descuidos al aparcar
- Abolladuras o pintura opaca debido al contacto regular
- Impactos de roca menores o mayores
Todos son en principio daños menores, que apenas perjudican la imagen del vehículo. Pero también se deben arreglar. Quien ignore los pequeños daños, puede favorecer claramente la formación de óxido entre otras cosas. De esta forma se requerirá enseguida una reparación o un cambio costoso. Además, hasta los daños menores pueden reducir el valor de un vehículo, lo que dificultará bastante la su venta, por ejemplo. Esto es especialmente cierto en el caso de los impactos de piedra, que también ocurren con mucha frecuencia en el guardabarros. Debido a la alta velocidad y a las piedras puntiagudas, la pintura se astilla directamente cuando se produce un daño de este tipo lo que también favorece la formación de óxido.
Cambio o reparación, ¿qué solución es más sensata?
La decisión entre la reparación y el reemplazo tiene sobre todo un motivo económico y, por lo tanto, depende de la gravedad del daño y del precio de un guardabarros nuevo. En principio muchos daños como abolladuras u óxido pueden repararse directamente en el guardabarros. Sin embargo, dado que muy a menudo no sólo hay que reparar los daños, sino que también hay que imprimar y volver a pintar toda la zona, la reparación puede encarecerse enseguida. Quien encargue este trabajo a un taller especializado también pagará por la mano de obra. Aquí el reemplazo directo del guardabarros puede ser a menudo mucho más económico. Los gastos de una reparación dependen de:
- El alcance de los daños
- El material del guardabarros
- Los materiales necesarios para la reparación
- La superficie a reparar y pintar
- Los gastos por la mano de obra
¿Cambiar el guardabarros en casa?
En principio no hay inconvenientes para cambiar el guardabarros en casa. No obstante, depende en gran medida de la construcción del automóvil en cuestión. Si el guardabarros solo está atornillado a la carrocería, a menudo se puede cambiar con un simple gato. Sin embargo, si el guardabarros está soldado a la carrocería, necesitará un equipo de elevación así como aparatos para soldar y los conocimientos técnicos necesarios para utilizarlo en su vehículo. Desmontar el guardabarros no es el mayor problema. En cualquier caso no es recomendable montar el guardabarros nuevo, si no se dispone de los conocimientos necesarios para soldar.
¿Reparación sin necesidad de desmontar la pieza?
Algunos daños en el guardabarros se puede arreglar sin tener que desmontarlo. Por regla general, este es el caso de los daños que se puede eliminar desabollando. Sin embargo, no debería hacerlo usted mismo sino dejárselo a un experto. El alisado debe realizarse con paciencia y mucho cuidado. En muchos daños incluso es posible evitar una pintura posterior con este procedimiento. No obstante, esto solo es posible en casos excepcionales.