En los años 1980 y, sobre todo, en los 1990 el robo de coches aún estaba muy extendido. En su totalidad había menos automóviles. “Rebautizar” un coche y darle un número de serie falso era aún bastante sencillo. Costosas radios de reequipación y otras características convertían a los coches siempre un en objeto interesante para ser desmontado. Muchas de estas razones ya no son relevantes hoy en día, pero han surgido otras.
El coche como objeto de explotación
El motivo principal del robo de un coche o de piezas individuales es el mantenimiento de vehículos accidentados. Las bandas profesionales compran dichos automóviles y los reparan con piezas robadas para venderlos posteriormente. Especialmente interesantes con aquí las piezas frontales de la carrocería, el parabrisas y los airbags. Si estos se activan, los coches siniestrados son especialmente baratos en la compra. Si entonces está a la venta una vehículo desguazado a precio de ganga, el mantenimiento del coche siniestrado es solamente una cuestión de tiempo y habilidad. Aunque los sistemas HiFi para coches se hayan vuelto hoy en día tan económicos que un robo ya no vale la pena, los automóviles aún son muy interesantes como donantes de piezas para vehículos siniestrados.
La alarma antirrobos no basta
El nuevo método de las bandas de ladrones es especialmente descarado: Una banda cualificado y bien equipada de ladrones de piezas es hoy en día capaz de desmontar todas las partes interesantes de un vehículo in situ en pocos minutos. A la mañana siguiente el propietario encuentra el esqueleto deshuesado de lo que alguna vez fue su coche. Aquí un GPS o similar tampoco ayua. Las piezas se han perdido en un principio. No obstante, para esto también hay soluciones con las que se puede poner fin a los robos.
Soluciones de reequipamiento para vehículo más mayores
La alarma antirrobos es hoy en día parte del equipamiento estándar de un vehículo
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Por tanto, hoy en día una alarma antirrobos debe constar siempre de un transmisor GPS. Este o bien esta constantemente activo o empieza a transmitir cuando se enciende el sistema de alarma. La localización del vehículo robado es la única opción segura para encontrarlo rápidamente. Aquí las soluciones de reequipación son ideales: el propietario del coche mismo puede elegir donde esconder el transmisor GPS. Esto disuade a muchos ladrones puesto que les dificulta encontrar el transmisor.
Alarmas antirrobos para cualquier bolsillo
El mundo de las alarmas antirrobos de reequipación comienza con un aparato económico, pero más bien inútil, la alarma antirrobos trampa. Esta solamente está formada por una cajita con una pantalla LED brillante. Debe simular una alarma antirrobos integrada. Esto bastará para disuadir a ladrones ocasionales. No obstante, si una banda de ladrones profesionales ha echado un ojo al coche, entonces esta solución seguramente no los molestará.
Su instalación, en cambio, es sumamente sencilla. Las alarmas antirrobos de pega disponen de un suministro eléctrico autárquico con una célula solar integrada. Así le luz LED brilla fiablemente durante años. Tan solo se colocan con cinta adhesiva de dos caras y listo.
Sistemas enchufables
Los sistemas de alarma enchufables son especialmente fáciles y rápidos de instalar. Como su nombre indica, se enchufan en el mechero. A diferencia de las alarmas de pega, estos sí pueden tener un efecto disuasorio. Reaccionan a vibraciones, activan la alarma y el propietario recibe una mensaje a su teléfono móvil inteligente. Estos sistemas también están disponibles con cámara integrada. Así el propietario puede ver siempre quien está manipulando su coche. No obstante, su efectividad solo dura unos pocos segundos. Cualquier ladrón quitaría estos sistemas inmediatamente y los tiraría por la ventana. Además, reacciona a vibraciones. En función del modelo, cualquier camión que pase puede hacer saltar la alarma. Por tanto, estos sistema no son realmente confortables.
Soluciones potentes de reequipación
Una alarma antirrobos ha de rendir hoy día mucho más de lo que se vincula estos sistemas. Los ruidosos y enervantes sistemas del pasado ya apenas son aceptados socialmente hoy en día. Una alarma antirrobos moderna reacciona de forma silenciosa pero eficaz. Características habituales que debe ofrecer una alarma antirrobos de reequipación son:
– Vigilancia de la cabina con sensores de radar – Sistema de preaviso – Alarma silenciosa al móvil – Vigilancia con cámara integrada – Transmisor GPS – Aviso a un servicio de emergencias |
Además, se han de poder montar de tal forma que no se puedan apagar o retirar fácilmente. Únicamente soluciones muy complejas ofrecen todo esto. Las características mencionadas se implementan en el caso de alarmas de reequipación con módulos individuales. Cuanto más módulo se instalen, más caro será por supuesto todo el sistema. Como las alarmas antirrobos de reequipación se puede conectar hoy en día a través del bus CAN del coche y se han de configurar, las soluciones de bricolaje ya no son viables.
El montaje de una alarma antirrobos profesional es cosa de un especialista. El kit de iniciación con el equipamiento básico está disponible a partir de unos 300 euros y puede montarse en 2-3 hora. Por tanto, se ha contar con una inversión total de 500 euros. La buena noticia es que los alarmas antirrobos de reequipación de pueden volver a desmontar fácilmente para trasladarlas al coche siguiente.
De forma alternativa una alarma antirrobos de calidad y completa también puede incrementar considerablemente el valor del coche en cuestión. Por tanto, también se puede dejar en el coche y refinanciarla a través del precio de venta.
Los rendimientos de los módulos al detalle
La vigilancia de la cabina mediante sensores de radar está disponible tanto para descapotables como para sedanes o familiares cerrados. Son muy fiables y detectan movimientos relevantes en la cabina, aunque un insecto no suele bastar para activarlos. Un cuerpo más grande, en cambio, sí se detecta y se notifica enseguida al propietario vía teléfono inteligente.
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Marcar piezas para su rastreo
Desde hace algunos años también existe la posibilidad de marcar piezas individuales. Estas se rocían con un color transparente que contiene micropartículas. Una pieza marcada se puede detectar con luz ultravioleta. Dichas micropartículas disponen de un número que se puede ver con un microscopio.
Este está asignado a un vehículo y a su propietario. Esta marca es comparable al ADN y permite identificar también piezas robadas. Esto no evitará el robo, pero puede ser decisivo para identificar a los delincuentes.
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