Unas llantas de aluminio rayas, corroídas y abolladas, reducen claramente el atractivo de cualquier vehículo y le da un aspecto descuidado y poco estimado. No obstante, el aluminio es una material bastante fácil de trata para reparaciones en casa. En este artículo le explicaremos todo lo que tiene que saber para reparar sus llantas de aluminio.
Elegante y ligero
Una llanta de aluminio le da a un coche una dinámica propia y deportividad. La oferta de diseños es inmensa En el comercio especializado encontrará todo lo que desee desde los modelos más sencillos a los más extravagantes. El aluminio es, además, ideal para hacer llantas personalizadas. Este metal relativamente blando se pueden fresar en cualquier forma que se desee a un precio económico. Asimismo, es posible revestir las llantas de aluminio perfectamente de cada color que quiera. Permite tanto el barnizado con pintura secada al horno como el revestimiento de polvo. No obstante, este último solamente es apropiado para repara llantas de aluminio en ciertas ocasiones.
Aluminio: un material con muchas ventajas
Las llantas de acero son soluciones robustas y económicas para preparar al vehículo para la circulación. Sin embargo, tiene una desventaja importante: se oxidan. Si bien los daños producidos por el oxido se pueden tapar provisionalmente con tapacubos, un aficionado a los coches siempre tendrá un mala sensación con esta medida. Por tanto, la mayoría de los propietarios de automóviles que ama su vehículo prefiere llantas de aluminio. La ventaja decisiva del aluminio es que no se corroe tanto como el acero. El aluminio en verdad no se oxida. No obstante, la mezcla de agua y sal le perjudican tanto que se desluce y su aspecto empeora. El aluminio es un metal bastante blando y, por tanto, sensible a golpes contra bordillos, rasguños y abolladuras de cualquier tipo. Pero aunque sea blando, se puede pulir perfectamente.
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Primer paso: Examinar la llanta de aluminio
Los daños de una llanta de aluminio se dividen a grandes rasgos en cuatro categorías:
– abolladuras
– grietas y rupturas
– rasguños
– daños de corrosión
Antes de reparar una llanta de aluminio, examine el producto exhaustivamente. Si el borde de la llanta está abollado, no puede hacer nada. Eliminar abolladuras en llantas de aluminio está prohibido puesto que se trata de una intervención que cambia la estructura interna del material de la llanta. La parte de la llanta en la que se haya reparado una abolladura está bastante más debilitada por lo que se puede agrietar o partir.
Los mismo ocurre con rupturas y grietas de una profundidad de hasta 1-2 milímetros. Soldar llantas de aluminio está prohibido. Una llanta con una ruptura o una grieta profunda generalmente está lista para ser reciclada.
Rasguños y daños de corrosión, por el contrario, generalmente se pueden reparar puliendo y revistiendo la llanta de nuevo.
Segundo paso: Prepara la llanta
Una llanta no es una pieza que se pueda reparar en un pispás. Requiere en cualquier caso un saneamiento completo. Como tiene que desmontar la llanta de todas formas, puede dedicarse tranquilamente a examinar todos los daños.
Para ello requiere:
– 1 pequeña herramienta para pulir (marca Dremel, aprox. 100 euros) – papel de lija de diferente granulado (aprox. 12 euros en juegos de 30 unidades) – raspador para llantas (aprox. 4 euros en juegos completos por caja) – cubo de agua (1 euro, usado del bar de al lado) – jabón – cepillo, trapos, cepillo de dientes viejo – limpiador de silicona (6 euro por lata de un litro – limpiador de frenos (4 euros por bote) – abrillantador para llantas de aluminio – imprimación para llantas (12 euros por bote) – aplique para pulir para la taladradora (discos de pulido, aprox. 8 a 12 euros) – barniz transparente en espray (6 euros por bote) – destornillador eléctrico potente – una mesa de trabajo |
Desmonte la llanta y coloque sobre la mesa de trabajo. No tiene que retirar el neumático. Preste atención a no perder las contrapesas de equilibrado.
Limpie primero las llantas exhaustivamente. No sea ahorrativo con el agua templada y el limpiador. Con un aplique de cepillos para taladradoras para limpiar y pulir puede agilizar este trabajo considerablemente. No obstante, estos apliques no son precisamente económicos con un precio de aprox. 35 euros. En cuanto haya limpiado el polvo de la llanta así como el resto de suciedad, elimine los daños.
Tercer paso: Eliminar los daños
Con la herramienta eléctrica multifuncional puede pulir ahora los rasguños, las muescas y las grietas más graves. Tenga mucho cuidado, sobre todo en el área de los neumáticos. ¡No pula el neumático en ningún caso! Grietas y muecas pueden dañar el material progresivamente si no se tratan. Puliendo de forma plana y cóncava detendtá este proceso fiablemente. Pero recuerde, «cuanto más mejor» no es un premisa válida para el pulido. Cuanto más pula, más difícil será unificar el aspecto visual de la llanta.
Cuarto paso: De grueso a fino
Ahora toca la tarea laboriosa de lijar la llanta. Trabaje de grueso a fino. Con papeles de lija cada vez más finos compensará rasguños y los eliminará
Si pretende sellar la llanta con barniz transparente, no debería usar masilla para llantas. Aunque tenga el mismo color que la llanta, un punto masillado siempre salta a la vista. En tal caso la única solución es lijar a mano hasta que yo no queden rasguños. Tras lijar la llanta, se pule exhaustivamente. El disco de pulido le ayudará. Si pretende revestir la llanta, puede amasillar los puntos lijados más profundos y luego pulirlos de nuevo. Siga las indicaciones adjuntas a la masilla para llantas.
Quinto paso: Revestir
Si quiere revestir la llanta, precíntela con cinta aislante para proteger el neumático. Esto le ahorrará trabajo en la limpieza posterior y parece luego mucho más profesional. Antes de barnizar la llanta, límpiela exhaustivamente con espray de silicona. A continuación, imprima y barnice la llanta y séllela con el barniz transparente cuando se haya secado. Listo.
De forma alternativa al barnizado también puede revestirla con polvo. No obstante, esto solo se recomienda con limitaciones puesto que revestir con polvo es considerablemente más caro que un barnizado. También es más laboriosos debido a que para ello se ha de desmontar el neumático. Pero sobre todo es mucho más efectivo. Envuelve la llanta de aluminio tan bien que ya no se pueden ver potenciales daños. Muchos compradores de vehículos de segunda mano desconfían hoy en día de llantas con revestimiento de polvo. Por tanto, el revestimiento de polvo es bueno si usted pretende seguir con el coche. Pero no compre un coche con llantas con revestimiento de polvo puesto que no sabe el aspecto que tiene realmente.
Consejo para lectores rápidos:
– no soldar las llantas ni eliminar abolladuras – daños con una profundidad de 2 milímetros o más no se pueden reparar – lijar grietas y rupturas de forma plana y cóncava – llantas con revestimiento de polvo solamente para el uso propio |
Foto: baranq, trossofoto, Dmitry Kalinovsky, My Life Graphic, welcomia, Roman.S-Photographer / shutterstock.com