Es bastante normal que el tubo de escape de un coche eche humo puesto que los motores de combustión generan gases de escape que han de ir a algún sitio. Generalmente apenas se puede ver lo que sale del tubo de escape. No obstante, si presenta coloraciones, debería echar un vistazo más exhaustivo. Podrían indicar una pronta avería del motor. En este artículo le explicaremos en qué aspectos del humo de escape debería fijarse.
Función de un motor de combustión
Todos los tipos de motores de combustión funcionan según el mismo principio: el combustible se quema bajo mucha presión provocando una explosión que impulsa un pistón. La mecánica del motor absorbe dicho movimiento y lo transmite al tramo de accionamiento, independientemente de si se trata de un motor de gasolina de cuatro tiempos, de dos tiempos, de un motor diésel o de un motor rotativo. Este principio de funcionamiento básico no varía.
¿Qué puede entrar en la cámara de combustión?
En los motores diésel y de gasolina de cuatro tiempo solamente entra la mezcla de aire y combustible en la cámara de combustión. Esta se quema y se conduce luego a la limpieza de gases de escape. En los motores de dos tiempos, que se pueden encontrar en ciclomotores, motosierras o cortadoras de césped, también penetra siempre aceite en la cámara de combustión. Por este motivo, las motocicletas siempre llevan una estela de humo azul detrás, lo que no se puede evitar por la construcción.
Los grandes barcos diésel también tiene un motor de dos tiempos, no obstante, estos no desempeñan ningún papel en la circulación por carretera. Los viejos aviones de combate incluso disponían de inyecciones de agua. La evaporación repentina de agua debía aumentar la potencia a corto plazo, lo que en esta caso también dio resultado. No obstante, esta tecnología nunca se uso en motores de coches.
Resumiendo se puede decir lo siguiente: Las únicas sustancias que puede entrar en la cámara de combustión son aire y gas combustible. Este último está formado por gasolina pulverizada, gas de combustión o diésel. Por lo demás, no debe penetrar ninguna otra sustancia en la cámara de combustión. Los sistemas de depuración diésel también la cámara de combustión usan para la quema de partículas de hollín Esto ocurre a través de la válvula de recirculación de gases de escape. No obstante, esto es parte de la construcción y no repercute en el color de los gases de escape.
Los colores de advertencia del tubo de escape
Un color transparente a gris blanquecino es normal, pero si los gases se vuelve cada vez más visibles, debería alarmarse. Las coloraciones más típicas de los gases de escape son:
Blanco: en los gases de escape se encuentra agua |
Negro: el motor quema demasiada grasa |
Azul: aceite penetra en la cámara de combustible |
Humo blanco desde el tubo de escape por la humedad
Unos gases de escape blancos siempre son un indicio de alta humedad. No obstante, antes de entrar en pánico, se debería echar un vistazo más exhaustivo. Las hileras de humo y vapor grandes y blancas surgen en inverno en cualquier coche. Si se ha estacionado el vehículo en caliente y ha pasado varías hora al frío, se trata de una reacción natural en la que al enfriarse el tubo de escape se acumula agua condensada del aire ambiental. Esto es completamente normal. Como un litro de agua genera 1.650 litros de vapor blanco, se trata de una característica normal del arranque en frío. Tan solo unos pocos centilitros de agua bastan para generar una gran cantidad de vapor. Pero el vapor blanco suele desparecer enseguida puesto que los gases de escape caliente vuelven a secar el sistema rápidamente.
Si el color blanco desde el tubo de escape no desparece durante el viaje, debe mirarlo detenidamente. El único camino a través del cual puede penetrar agua en un motor caliente es por el sistema de refrigeración. El sistema de refrigeración enjuaga el motor permanentemente con líquido refrigerante, una sustancia formada por agua pura y anticongelante. La intersección, en la que las cámaras de combustión y el sistema de refrigeración están muy cerca, es la junta de culata. Si esta se quema, puede entrar agua en las cámaras de combustión. En tal caso también penetra la presión de motor en el sistema de refrigeración. Esto se puede detectar claramente de la siguiente forma:
1. Apagar el motor 2. Comprobar al presión de la manguera de agua 3. Dejar enfriar el motor 4. Abrir con cuidado la tapa del depósito de expansión o del refrigerador 5. Añadir refrigerante 6. Mantener el motor en marchar con el depósito de expansión o el refrigerador abierto 7. Comprobar el comportamiento del agua |
Un motor caliente alberga siempre un riesgo de quemaduras. Por tanto, no se debería manipular nunca un motor caliente. Cuando se apaga el motor, se aprieta la manguera más grande del sistema de refrigeración ligeramente. Si ahora se siente una resistencia clara, entonces es muy probable que haya presión en el líquido refrigerante. Primero se ha de reducir la presión, así que se deja enfriar el motor. Los tapones se puede abrir en dos pasos. Un cuarto de giro ya permite, reducir la presión excedente. En cuanto el tapón ya no silbe o burbujee, se puede retirar completamente.
Cuando se haya añadido suficiente refrigerante, se vuelve a dejar el motor en marcha. A continuación, se echa un vistazo al depósito de expansión o al refrigerador. Si ahora se forman burbujas, la junta de culata está defectuosa. En tal caso solo se puede cambiar.
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Negro por un error de mezcla
Un humo negro desde el tubo de escape indica una combustión demasiado grasa. La mezcla ya no es capaz de quemar la gasolina o el diésel completamente y una parte de los hidrocarburos se «carbonizan» y se expulsan como hollín. En este caso la causa suele ser un defecto electrónico. La sonda lambda es una causa tan común como unas bujías de encendido defectuosas. También se puede haber desajustado el sistema de encendido. En cualquier caso se debería consultar un taller profesional. Si el humo es negro, es muy probable que la reparación sea económica.
Azul por aceite
Humo azul desde el tubo de escape indica claramente que aceite llega a la cámara de combustión.
Esto puede tener muchas causas, que son muy difíciles de limitar.
Las más comunes son:
– exceso de aceite en el sistema – segmentos de compresión defectuosos – junta de culata defectuosa – juntas de vástagos de válvula defectuosas |
Si se ha añadido demasiado aceite, aumente la presión en el sistema de aceite. En tal caso el aceite sobrepasa el pistón y penetra en la cámara de combustión. Allí se quema generando ese color azul característico. El primero paso a seguir, cuando se detecta humo azul, es, por tanto, controlar el nivel de aceite. Si este supera el máximo, entonces se ha dado con lo causa. Un cambio de aceite según las indicaciones del fabricante puede ayudar.
Una sobredosificación se debe a menudo a un interpretación errónea del nivel de aceite. Cuando un coche se ha calentado, el aceite de motor se ha repartido por todo el motor. La varilla medidora de aceite, sin embargo, está calibrada de tal forma que solo da información exacta cuando el motor está frío. Si se controla el nivel de aceite inmediatamente tras aparcar el coche, puede parecer que no hay suficiente aceite en el motor. Por tanto, espere siempre 3-5 minutos tras estacionar el vehículo para controlar el nivel de aceite.
Los segmentos de compresión sellan los pistones hacia la pared del cilindro. Si estos están deteriorados, el aceite puede penetrar en la cámara de combustión. Allí se quema generando ese color azul característico. Segmentos de compresión defectuosos se detectan a través de una prueba de compresión que se puede llevar a cabo en cualquier taller profesional a un precio muy económico. Para ello se atornilla un dispositivo de pruebas sobre la rosca de la bujía de encendido y se deja el motor en marcha. La presión interior del cilindro proporciona información sobre el estado de los segmentos de compresión, cuya reparación es mus costosa porque se ha de desmontar el motor completo.
Si la compresión y el nivel de aceite están en buenas condiciones, la siguiente causa probable del humo azul es una junta de culata deteriorada. También aquí cuenta que una apertura entre la cámara de combustión y el sistema de aceite actúa en ambas direcciones. Un signo que indica una junta de culata defectuosa se encuentra bajo el tapón de aceite. Si allí hay espuma marrón y blanca, entonces la junta de culata está claramente defectuosa. Asimismo, es posible que el agua de refrigeración se haya vuelto negro y marrón por la infiltración de aceite.
Si el nivel de aceite, la compresión y la junta de culata están bien, entonces solo quedan las juntas de los vástagos de válvula como única causa posible. Estas son anulares y sellan las válvulas para evitar que el aceite lubricante penetre en la cámara de combustión.
Un mecánico aficionado solo puede cambiar las juntas de vástago, si retira la culata de cilindro. Los talleres profesionales, sin embargo, pueden mantener las válvulas en su posición con aire a presión. Así pueden cambiar las juntas de vástago sin desmontar la culata del cilindro. Esto puede ser un ocasiones más económico que un intento de reparación casero.
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