Un coche nuevo cuesta una fortuna y acaba al final de su vida útil con un valor residual de 100 euros. En caso de dudas se puede recurrir a un perito profesional para no equivocarse.
Este es el caso de casi todos los vehículos. Tan solo unas pocas excepciones como algunos modelos determinados de Porsche o de marcas de lujo como Ferrari o Lamborghini mantienen siempre un alto valor residual. Por tanto, como propietario siempre es importante saber el valor del vehículo. Como muy tarde, en la compra o en la venta de un coche usado el valor es un punto decisivo.
¿En qué se fija un perito profesional?
Si se contrata un perito para evaluar el valor un coche, este suele examinar el automóvil de fuera hacia dentro.
En primer lugar, hay que aclarar los parámetros:
– Año de construcción – Kilometraje – Aspecto visual en general |
Un coche siempre pierde valor con el paso de los años, sobre todo en los primeros cinco. Debería contar un 30 % a un 50 %. Se trata simplemente de la ley de oferta y demanda. A partir de cierta cantidad, la competencia de los coches nuevos comprables es demasiado grande como para mantener el precio de un coche mayor de segunda mano.
El kilometraje de un coche es tan relevante como su edad. Cuantos más kilómetros haya recorrido un coche, más probable es que necesiten piezas de repuesto. Los componentes de un coche están diseñados para un kilometraje muy específico, después del cual empiezan a fallar y de forma bastante sincronizada, o sea, en un intervalo de 20.000 a 30.000 kilómetros. Esto solo puede contrarrestarse con un registro concienzudo de todos los trabajos de mantenimiento y reparaciones.
Los talleres tienen los planes de mantenimiento de los fabricantes y, por lo tanto, saben cuándo comprobar qué componente y sustituirlo como medida de precaución. Un coche con un cuaderno de mantenimiento bien cuidado y 250.000 km puede tener más valor que un coche similar de 180.000 km sin registro.
Finalmente, el aspecto general del vehículo tanto externo como interno también influye considerablemente en el valor residual del mismo. Un interior sucio, una carrocería abollada y rayada y algunas manchas de óxido puede reducir el precio de venta esperado por más de la mitad.
En tal caso vale la pena invertir en una preparación profesional.
Siguiente paso: examinar la chapa
En el segundo paso, el perito examina detalladamente la carrocería, prestando especial atención a:
– Daños accidentales y su reparación – Daños de óxido |
A un perito profesional no se le escapa ningún daño accidental, por muy bien que se haya reparado. Para el prestador de servicios, es especialmente importante determinar si el automóvil sigue siendo apto para la circulación. Aunque vehículo luzca impecable en el exterior, si la carrocería está torcida, solo sirve para suministrar piezas de repuesto. Dependiendo de la habilidad con la que se haya llevado a cabo la reparación del accidente, un lego puede pasar esto rápidamente por alto.
Un perito, en cambio, se dará cuenta enseguida, si se ha vuelto a barnizar el coche. Esto siempre le hará sospechar, porque es una manera probada para esconder abolladuras. Antiguamente se utilizaba un pequeño imán puesto que donde se haya trabajado con masilla, el imán ya no se adhiere bien. Los peritos profesionales siempre llevan un medidor de espesor entre sus instrumentos de trabajo. De este modo, el proveedor de servicios puede determinar no solo si se ha aplicado masilla, sino también el grosor del compuesto de nivelación. Cuanto más grueso sea la capa de masilla, más profunda será la abolladura subyacente y mayor habrá sido el impacto que ha sufrido el automóvil.
No obstante, no solo se usa masilla y barniz para arreglar daños accidentales y desperfectos en la chapa. También se usa para tapar el óxido. Una reparación cuidadosa y profesional de un daño causado por el óxido solo permite una capa de masilla muy fina, en todo caso. No obstante, primero hay que lijar el óxido subyacente y sellarlo de manera profesional. Si una mancha de óxido o incluso la oxidación simplemente se cubre con masilla, solo cuestión de unos pocos meses que vuelva a aparecer. Por esta razón, siempre se debe soldar la oxidación. Aunque un punto soldado sea visible y no aumente precisamente el valor, suele ser mejor valorada que una gruesa capa de masilla.
Motor y chasis
Por último, el perito de coches también inspecciona el motor y el chasis. Sobre todo a la hora de comprar un coche usado es importante tener experiencia en la materia. El experto puede ver claramente a partir del estado del motor si el kilometraje declarado es plausible.
En un coche con 80.000 kilómetros recorridos, normalmente no hay fugas de aceite en ninguna de las juntas. Un coche con un kilometraje de 180.000 o 280.000 kilómetros, por otra parte, tendrá seguramente una o dos fugas de aceite si no se dispone de los justificantes de reparación correspondientes.
El estado del chasis, incluidos los frenos, los amortiguadores y el mecanismo de dirección, proporciona información sobre cómo se ha tratado el coche. Un perito formado y experimentado reconoce, si se ha manejado el coche con dureza o si se le ha tratado con cierto cariño. Rasguños traicioneros en las llantas, chasquidos en las rótulas o desperfectos en los brazos transversales pueden reducir el valor de un vehículo en cientos de euros.
El interior revela algunos detalles interesantes
El interior de un coche dice mucho sobre cómo se ha tratado el vehículo. Hoy en día, un coche de fumador difícilmente puede venderse alguien que no fume. Por tanto, un fuerte olor a nicotina en el interior del vehículo puede ser bastante problemático. Allá donde se haya fumado dentro del coche puede haber quemaduras en el tapizado, las alfombrillas o el revestimiento interior. No importa cuán profesional sea la limpieza del coche, para eliminar estos restos hay que invertir mucho dinero. Alternativamente, como vendedor, debe aceptar la pérdida de valor, si el perito encuentra las huellas.
Al igual que con el motor, también hay huellas traicioneras en el volante, la palanca de cambio, el asiento del conductor y los pedales. A partir de ellas se puede deducir el kilometraje y valorar si este es plausible. Si un coche de 80.000 kilómetros tiene la goma de los pedales desgastada o nueva y el volante y la palanca de cambio relucen, entonces algo no está bien.
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Peritaje en caso de accidente
Aparte de la tasación de vehículos usados, un perito también es importante a la hora de evaluar los daños de un accidente. En este caso es muy recomendable contratar personalmente a un perito independiente. Un proveedor de servicios contratado por la compañía de seguros opositora seguramente usará su margen de maniobra para minimizar el daño. El motivo es evidente. Una aseguradora que ahorra solo unos poco euro por cada siniestro, tendrá anualmente unos beneficios considerables. No obstante, la parte damnificada debe asumir los gastos.
Sin embargo, en caso de daños accidentales, el perito no solo se limita a evaluar los daños del automóvil. Previa petición, elaborara un presupuesto que incluye todos los daños indirectos ocasionados a la persona implicada en el accidente. El importe total incluye gastos del coche de alquiler, pérdida de ganancias, reparaciones y mucho más. Este presupuesto es luego la base para la resolución de reclamaciones por parte de la compañía de seguros del oponente. En caso de litigio, el peritaje también es la base de una decisión judicial.
Caso especial: coches clásicos
Después de los tímidos comienzos en los años 70 y 80, los coches clásicos están en auge. Casi cualquier tipo de coche puede contar con un aumento de valor significativo cuando haya alcanzado cierta edad. Después de todo, un coche que tiene hoy en día treinta años, se ha construido a finales de los 80. Y los coches eran bastante buenos en aquella época. Por tanto, no es de extrañar que el mercado esté bien abastecido con vehículos clásicos. Aun así algunos modelos individuales puede alcanzar valores sorprendentemente altos.
Sin embargo, es un verdadero reto diferenciar un coche clásico y valioso de uno viejo. Un BMW E30 normal de 90 CV y muy usado apenas se puede comparar con un E30 M3 prácticamente nuevo. Si el primero se puede conseguir hoy en día por menos de 1.000 euros, los precios que se barajan para el M3 son cien veces más altos. Hay una transición fluida entre estos dos extremos. Para determinar aquí exactamente el valor de un automóviles se requiere definitivamente un experto.
Los peritajes proporcionan seguridad
Tanto si se trata de un coche usado, un clásico o un automóvil de lujo, un peritaje siempre suele valer la pena puesto que ofrece a compradores y vendedores por igual una buena base para las negociaciones. Para evaluar daños accidentados incluso son indispensables hoy en día. Con la opinión profesional de un perito certificado, tanto el seguro como el reclamante tienen la máxima seguridad jurídica. En resumen, el dinero para un perito de vehículos motorizados es siempre una buena inversión.
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