Un elemento esencial: ¡Cambiar el líquido de frenos correctamente!

Lo más importante no es que se pueda conducir el coche sino que frene correctamente. Por este motivo el líquido de frenos es con mucha diferencia el elemento más importante de un coche. Si falta o no está en buen estado, la seguridad del vehículo y de todos los demás usuarios de la vía está comprometida. En este artículo le explicaremos todo lo que debería saber sobre el líquido de frenos.

Transmisión de fuerza y aumento de potencia mediante un sistema hidráulico

Los frenos de un automóvil funcionan de manera hidráulica, excepto el freno de mano. Esto significa que la fuerza de frenado se transmite mediante líquido. La característica de los líquidos es que se distribuyen perfectamente por un sistema de tubos y recipientes, pero no se pueden comprimir. La fuerza que se genera en un punto determinado, por ejemplo, al pisar el pedal de freno, se transmite así inevitablemente a todo el sistema.

También hay frenos neumáticos o híbridos en los que interactúan componentes hidráulicos y neumáticos. Estos se encuentran a menudo en camiones y autobuses. Es por eso que estos vehículos silban tan fuerte en los semáforos al frenar. Sin embargo, estos sistemas están perfectamente sincronizados. Los gases se puede comprimir y transmiten la presión generada de forma reducida y retardada. Esta es la diferencia principal entre los sistemas hidráulicos y neumáticos.

En los automóviles solo se usan frenos hidráulicos. Tan solo el freno de mano se acciona mediante un cable de tracción. Gases en las mangueras de freno puede tener graves consecuencias. Pueden llegar a provocar un fallo total del sistema de frenos. Entonces el pedal de freno ya no funciona y el conductor no le queda más remedio que ver como su coche choca contra un obstáculo.

¿Cómo llega gas al líquido de frenos?

El gas puede penetrar de dos formas en el líquido de frenos. La condensación puede empezar a hervir y formar burbujas de vapor. Además, es posible que penetre aire exterior en los frenos a través de las fugas. Aunque esto último sea poco frecuente, puede ocurrir en sistemas de frenos viejos o si se usa el líquido de frenos equivocado.

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Especialmente problemático es, sin embargo, si hay agua en el líquido de frenos. Se trata de un fluido que debe cumplir muchas funciones:

El enemigo principal: el agua

Aunque los líquidos de frenos comerciales sean capaces de cumplir los requisitos anteriormente mencionados, también tienen efectos secundarios. Uno de ellos es que dicho fluido es muy higroscópico, es decir, atrae agua. Al igual que un bloque de sal absorbe gradualmente la humedad de condensación del aire ambiental, el líquido de frenos también va acumulando cada vez más agua.

Lo bueno es que está acumulación se puede ver. El líquido de frenos fresco es transparente y de color amarillo dorado.
Un líquido de frenos viejo y sucio es verde y turbio.
Pero atención: Si el fluido presenta dicho color, el tiempo para un cambio seguro ya ha pasado y se debe actuar de inmediato.
 

Cambiar siempre por completo

Antes del cambio se controla primero el nivel del líquido de frenos. Si es demasiado bajo, el sistema presenta obviamente una fuga de este importante líquido hidráulico. Antes de poder echar el líquido de frenos fresco hay que subsanar primero este daño.
 
 
 
Atención: Agregar simplemente líquido de frenos nuevo está mal y es peligroso. Por un lado, el líquido fresco se vuelve a contaminar inmediatamente y la fuga persiste de modo que el sistema de frenos fallará tarde o temprano.

Por este motivo siempre se cambia el líquido de frenos completamente. Se extrae por succión o se drena a través de los tornillos de purga de los cilindros de freno de rueda. Los talleres profesionales usan además aire a presión para eliminar todos los restos de este fluido del sistema de frenos.
 

No olvide la ventilación

El líquido de frenos no solo se añade simplemente. Todo el sistema de frenos se debe ventilar para asegurar que solamente contiene fluido y no haya aire.

La manera más sencilla es que un ayudante se ponga al volante. Se comienza con el cilindro de freno de rueda que esté más lejos del pedal de freno. En el caso de los coches que tienen el volante a la izquierda, como es el caso en España, sería este la rueda trasera derecha. Allí se suelta el tornillo de purga. A continuación, el ayudante pisa el pedal de freno hasta que haya salido todo el líquido de frenos. Luego se vuelve a fijar el tornillo rápidamente y se repite el procedimiento en las demás ruedas. Mientras tanto, conviene revisar el nivel de líquido.

Respetar los intervalos

Según la ley, el líquido de frenos de un automóvil debe cambiarse cada dos años. Como suele coincidir con los intervalos de la inspección general, un líquido de frenos viejo debería llamar la atención. No obstante, durante la inspección general no se controla la composición del líquido de frenos sino solamente la eficacia y la estanqueidad de los frenos. Por tanto, el estado del líquido de frenos de un vehículo de segunda mano siempre suele ser problemático. El coche puede haber estado parado durante mucho tiempo o el propietario anterior puede no haber respetado los intervalos de cambio.

Por favor, no tire el líquido de frenos por el desagüe sino deséchelo correctamente. Se puede echar en el recipiente recién comprado y devolver en el lugar en el que se compró. El distribuidor se encargará entonces de su eliminación. De forma alternativa también se puede enviar a la tienda online o entregarlo gratuitamente a planta de eliminación de residuos.

El líquido de frenos no se puede mezclar

En cualquier caso el líquido de frenos no se debería agregar simplemente. Al cambiar y nivelar el nivel del líquido de frenos, se debe utilizar siempre el mismo, es decir, el indicado por el fabricante. El número DOT indica el tipo de líquido de frenos y se encuentra en el envase.

Aquí es muy importante atenerse exactamente las especificaciones. El líquido de frenos equivocado puede dañar los materiales en el sistema de frenos, provocando fugas y contaminando por ende el sistema, lo que puede causar una situación peligrosa si llegan a fallar los frenos.

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Elegir productos de calidad de marca

Los frenos son el componente más importante de un automóvil. Los componentes montados siempre deberían ser de la mejor calidad de marca. Esto también se aplica al líquido de frenos. Los productos de fabricantes desconocidos siempre pueden ser falsificaciones y de baja calidad. Su uso supone un riesgo incalculable. Los frenos necesitan siempre materiales de primera, aunque estos sean algo más caros. Pero su seguridad lo vale.

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