Electroválvula turbo para tu coche

Transductor de presión para Las mejores modelos
- Electroválvula turbo BMW Serie 3
- Electroválvula turbo VOLKSWAGEN GOLF
- Transductor de presión turbo SEAT LEON
- SEAT IBIZA
- Electroválvula turbo AUDI A4
- Electroválvula turbo FORD FOCUS
- Transductor de presión turbo OPEL ASTRA
- BMW Serie 5
- Electroválvula turbo AUDI A3
- Electroválvula turbo MERCEDES-BENZ Clase C
- Transductor de presión turbo RENAULT MEGANE
- VOLKSWAGEN PASSAT
- Electroválvula turbo CITROЁN C4
- Electroválvula turbo MERCEDES-BENZ Clase E
- Transductor de presión turbo VOLKSWAGEN TRANSPORTER
- RENAULT CLIO
- Electroválvula turbo VOLKSWAGEN POLO
- Electroválvula turbo BMW Serie 1
- Transductor de presión turbo HONDA CIVIC
- OPEL CORSA
Electroválvula turbo defectuoso? » Detectar desgaste • Reparación • Manual para el cambio
Manejar el aire aspirado mediante el convertidor de presión
El convertidor de presión también se denomina válvula reguladora de descarga y es una pieza que se encuentra en motores con turboalimentador. La válvula regula el caudal de aire que se suministra al motor. De este modo se mejora la combustión y se reducen posible daños del motor. Existen dos formas de construcción para el convertidor de presión.
Funciones del convertidor de presión en el turbocargador
El convertidor de presión se puede usar meramente como pieza de construcción para proteger el turboalimentador y el motor o como componente activo en la gestión del motor. Ambas válvulas de presión de carga funcionan de forma similar excepto en la regulación. Cuando más gases de escape se expulsan, más aire transmite el turboalimentador. Sin regulación alcanzaría el motor con turboalimentador de forma independiente un número de revoluciones cada vez mayor. Esto destruiría tarde o temprano primero el turboalimentador y después también el motor debido al excesivo número de revoluciones. Para evitar esto el convertidor de presión transmite a partir de una presión de alimentación determinada una parte del caudal de aire a través de una válvula bypass al flujo de escape. Dado que la rueda motriz y la rueda de turbina impulsada de un turboalimentador están conectadas mediante un eje rígido, se reduce a través del desvío de la presión de escape el número de revoluciones del turbocargador. De este modo se transmite menos aire desde el lado de aspiración y disminuye la presión de carga. Si se usa la válvula de regulación de la presión de carga para proteger al motor y al turboalimentador, entonces se controla esto mediante una membrana de goma. Dicho elemento se maneja manualmente a través de la presión atmosférica del exterior. Este tipo de válvulas de descarga también se denominan "waste-gate". Si se pretende que la válvula de descarga participe activamente en la gestión del motor, se ha de manejar de forma electrónica. Los valores específicos para la válvula reguladora de descarga son la presión de carga calculada, la posición de la válvula de estrangulación y la tendencia al picado. Otros factores importantes para calcular la presión de carga son la temperatura del aire aspirado, la temperatura del motor, el número actual de revoluciones y la presión ambiental. A través de una válvula magnética de control electrónico se maneja el convertidor de presión de forma muy precisa. Así alcanza el motor siempre una combustión óptima con una gestión automatizada a través del dispositivo de control que está conectado con la válvula reguladora de descarga electrónica y los inyectores. Esto reduce el consumo y aumenta la potencia disponible. En cualquier caso disponen ambos sistemas de una válvula de escape adicional para disminuir la presión si se supera enormemente el número de revoluciones.
Defectos en la válvula reguladora de descarga
Cuando la válvula de descarga electrónica esté dañada, ya no se interpretan las señales emitidas por el dispositivo de mando correctamente. La causa suele ser una membrana endurecida que en ocasiones se puede reemplazar. El convertidor de presión es especialmente susceptible a suciedad debido a la falta de filtros de aire, fugas en el sistema de aire o carbonización en los gases de escape que puede aparecer por la penetración de aceite en el turboalimentador. Las válvulas reguladoras de descarga están formadas por un complejo sistema mecánico interior de accionamientos helicoidales de plástico. En caso de que la barra de control de esta válvula esté atascada, dicho engranaje podría destruirse en ocasiones por sí mismo. También para esto hay herramientas especiales para reparar dicha pieza de construcción. No obstante, generalmente se ha de reemplazar el convertidor de presión cuando falla.
Arreglar el convertidor de presión
La reparación de una válvula reguladora de descarga es por suerte bastante sencilla. Suele ser accesible en la mayoría de los vehículos y solamente se ha de reemplazar. Es posible que todavía se ha de ajustar el dispositivo de control presente, no obstante, esto se puede realizar enseguida en un taller especializado con los equipos de hardware y software correspondientes. Lo más importante en la reparación de la válvula reguladora de descarga es, sin embargo, hallar la causa del fallo. Por supuesto pueden desgastarse estas piezas complejas por la edad. A menudo la causa de un defecto en el sistema de aspiración o en el turboalimentador es un fallo del convertidor de presión. Si en el tubo de aire hay una fuga de aceite, el turboalimentador emite un fuerte pitido y está muy quemado o aparece otra defecto evidente, se ha de subsanar. De lo contrario hasta la mejor válvula reguladora de descarga se estropeará pronto.
Convertidores de presión de calidad de marca para una duración máxima
Las válvulas reguladoras de descarga son generalmente bastante duraderas. Los primeros fallos en el sistema de aspiración suelen aparecer a partir de unos 120.000 kilómetros o cuando el vehículo tenga entre 5 a 8 ocho años puesto que con el paso de tiempo o debido al uso continuo se desgasten primero las tubos y las juntas. Si estos defectos se subsanan de forma rápida y concienzuda, las válvulas reguladoras de descarga duran más tiempo. No obstante, si en algún momento fuese necesario reemplazar la pieza, entonces se se debería optar siempre por la calidad de marca. De este modo se consigue una circulación de aire fiable a un precio razonable. Dispositivos de marca están disponible a partir de 30 a 80 euros aproximadamente.